Vistas de página en total

jueves, 11 de marzo de 2010

I. Las técnicas de la pintura

Las distintas técnicas se distinguen entre sí por los componentes de la pintura. Los componentes básicos son:

- Aglutinante. Es la sustancia que fija la pintura al soporte. Básicamente la pintura es pigmento mezclado con un aglutinante.

- Pigmento. Es la sustancia que aporta el color a la pintura. Para mezclarse con el aglutinante, los pigmentos deben estar pulverizados finamente. Pueden obtenerse de minerales, vegetales, animales o pueden producirse de manera sintética.

- Diluyente o disolvente. Es la sustancia que permite adelgazar la pintura para modificar su transparencia o su densidad. En muchos casos es el agua (y entonces decimos que se trata de pinturas de agua) o el aguarrás (cuando decimos que se trata de pintura de aceite), aunque, claro hay muchas sustancias que pueden tener la misma función.

- Soportes. A cada técnica corresponde una gama de posibilidades de aplicación sobre distintos soportes. El soporte es la superficie sobre la que pintaremos y pueden ser desde papeles, telas, maderas, metales, y hasta paredes preparadas.


A continuación una lista de técnicas de la pintura:


Óleo. Su aglutinante es el aceite. El diluyente más empleado es el aguarrás. Sus aplicaciones son muy diversas. Es la técnica más empleada desde el Renacimiento hasta el siglo XX, entre otras razones, porque permite, quizá como ninguna otra técnica, acabados realistas y degradaciones de colores muy sutiles.



Por otro lado, su densidad permite acabados empastados que aproveccharon muy bien muchos pintores modernos, como en este caso, Karel Appel.




Acrílico. Sus aglutinantes son polímeros, es decir, resinas plásticas. En la actualidad es una de las técnicas más empleadas. Tiene como ventaja que seca rápidamente y aunque es soluble al agua, una vez seco, es resistente a ella. Puede aplicarse sobre casi cualquier superficie, siempre y cuando no sea grasa.



Temple. Se habla de temple cuando el aglutinante es una emulsión, es decir, la mezcla en suspensión de agua con un material graso. El temple más común es el de yema de huevo. Su diluyente es el agua. Andrew Wyeth, pintor norteamericano, utiliza con maestría esta técnica, poco empeada por los artistas contemporáneos.




Acuarela. Su aglutinante es algún tipo de goma (como la goma arábiga) y es diluida con agua. Se trabaja por veladuras, aprovechando el blanco del papel para las zonas luminosas.




Gouache. Parecido a la acuarela, pero con colores opacos, por mezcla de blancos o por adición de un material de carga.

Aquí un ejemplo de Egon Shiele pintado en 1911.



Encáustica. Cuando el aglutinante es, o incluye cera de abejas. Suele fijarse con calor. Fue empleada desde la antigüedad, como lo atestigua este retrato realizado en Egipto en la época romana.




Pastel. El pigmento está comprimido en barras y como tiene una cantidad mínima de aglutinantes (sólo la necesaria formar las barras), es necesario usar algún fijador para conservar la pintura sobre el soporte que generalmente es el papel.




Fresco. Se le llama así a esta técnica porque se aplica el pigmento diluido en agua, sobre una superficie de cal preparada en la que se fija el pigmento por un proceso químico al secar la pared, por lo que debe aplicarse cuando la preparación está fresca. Fue muy empleada en los murales renacentistas y también en el muralismo mexicano. Casi toda la obra mural de Rivera y Orozco se realizó con esta técnica.





¿Recuerdan a Masaccio? Estos son algunos de sus frescos.

En la biblioteca pueden encontrar más información. Les recomiendo revisar:

Antoni Pedrola, Materiales, procedimientos y técnicas pictóricas, Barcelona, Ariel, 2004.

No hay comentarios: